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FRANCIA: BAJA POPULARIDAD DE HOLLANDE SE UNE A DÉBIL SITUACIÓN ECONÓMICA

A continuación reproducimos la Economía Internacional N° 710, preparada por el Centro de Economía Internacional de LyD:

La economía francesa ha mostrado malos resultados durante este año. La tasa de desempleo ha aumentado más allá del 10% de la población activa y el gobierno sigue aplazando sus metas propuestas a favor de reducir el déficit presupuestario y la deuda pública.  El Gobierno del Presidente François Hollande ha perdido tiempo, evitando poner en marcha políticas económicas de ajuste y cambio estructural, mientras antagoniza al sector privado y a Alemania.

La competitividad internacional sigue en descenso, en tanto que el déficit comercial es mayor a los € 60 billones contrastando con el gran superávit alemán. A modo de comparación, el salario por hora en Alemania es de € 30,40, mientras que en Francia es de € 34,20. Además, el porcentaje del comercio internacional de Francia ha caído un tercio desde 2002.

Situación y Proyecciones Económicas

Las proyecciones de la Comisión Europea para este año establecen que seguirá el menor crecimiento del año pasado, con un -0,1% de crecimiento del PIB. Esto se debe a la debilidad del ingreso disponible de los hogares causado principalmente por el aumento del desempleo. Además, el aumento de los impuestos está parcialmente contrarrestado por la desaceleración de los precios, mientras que la persistencia de la baja confianza empresarial continuará disminuyendo la inversión.

La actividad económica se espera que aumente modestamente en la segunda mitad de este año gracias a una leve mejora del sector externo. Esto hará que se mejore la confianza de los agentes económicos, lo que se traducirá en un crecimiento positivo para el próximo año, llegando a un 1,1% de crecimiento del PIB. Estas proyecciones se basan en el supuesto de que no exista un cambio significativo  en las políticas llevadas a cabo por el gobierno.

Para este año, el consumo privado se espera que se mantenga parejo, al igual que en el 2012, porque el leve decrecimiento del ingreso real disponible será compensado por la menor inflación. Los nuevos impuestos introducidos por el gobierno en el presupuesto de este año han tenido como objetivo los hogares de alto ingreso, los cuales han disminuido su propensión a consumir, disminuyendo su impacto en la demanda doméstica. El próximo año, con la recuperación del ingreso real disponible, se espera que aumente levemente el gasto del consumo privado.

En cuanto a la inversión, se espera que siga disminuyendo por la continuación de la débil demanda proyectada y el consistente deterioro de las ganancias de las compañías no financieras, las cuales harán que las expectativas de los empresarios sean pesimistas. Solamente para el próximo año se espera que el aumento gradual de la demanda agregada junto con la mejora de la confianza empresarial se traduzcan en una mejora en la inversión.

En cuanto a las exportaciones, mientras el 2012 se mantuvieron relativamente dinámicas gracias a las grandes ventas aeronáuticas, la contingencia internacional en el horizonte proyectado muestra que se mantendrán más débiles que el resto de la demanda mundial. Esto es producto del continuo deterioro de la competitividad internacional a corto plazo. Sin embargo, las malas perspectivas de las importaciones proyectadas para este año contribuirán positivamente para el saldo de la balanza comercial neta. Para el próximo año, la esperada aceleración de la demanda global será mayor que la recuperación gradual doméstica.

El empleo disminuyó en el  2012, mientras  la tasa de desempleo aumentó rápidamente hasta llegar a 10,5% de la población activa, en los últimos tres meses de ese año, comparado con 9,8% del 2011. En el actual contexto de baja actividad económica y salarios nominales rígidos, es más probable que los empleadores se centren en recuperar la productividad en detrimento de la creación de empleos. A pesar de los esfuerzos en reformar el mercado laboral, la tasa de desempleo se espera que siga creciendo este año. La última cifra disponible demuestra que esto es cierto pues en marzo la tasa de desempleo fue de 11% de la población activa.

Después de anotar relativamente alta inflación en 2012, en marzo la variación de diciembre a diciembre fue de 1,44% comparado con el 2,25% el año pasado. Esta disminución se debe a los menores precios en la energía, pero se espera que aumenten para el próximo año, por la posible alza del IVA.

Los ajustes estructurales han afectado parcialmente los déficits más relevantes. El déficit fiscal llegó a ser -3,6% del PIB el año pasado y se espera que disminuya el déficit para este año llegando a ser -2,2% del PIB, gracias a las medidas adoptadas para mejorar el presupuesto. Los gastos del Gobierno Central y en Salud serán renegociados por lo que podrían contribuir a mantener el gasto restringido. Además, una menor inflación junto con la suspensión parcial de la indización de algunas pensiones podrían también afectar el gasto. Sin embargo, el bajo PIB proyectado sin duda afectará el déficit fiscal.

François Hollande: Baja popularidad y propuesta de reformas

Después de un año, el gobierno de François Hollande ha disminuido fuertemente su popularidad. De hecho, nunca en la historia de la Francia postguerra un nuevo presidente había sufrido un descenso tan apresurado de su popularidad y confianza. Desde 60% de aprobación en las primeras semanas de presidencia, en los últimos días ha caído a 24%.

En defensa a las críticas, el presidente actual niega que el impuesto marginal de 75% haya perjudicado a los negocios, pero ha aceptado que la imposición de las ganancias de alto capital de los inversionistas fue un error y se ha abierto a revertirlo. Sin duda, lo uno y lo otro y el discurso de las autoridades económicas han creado un clima de negocios adverso en Francia.

Hollande ha presupuestado un plan de reforma modesto en el cual se trata de hacer cargo de varios problemas enfrentando a Francia. Primero propone una reducción de € 20billones a los impuestos pagados por las empresas para compensar por los altos costos laborales junto con un acuerdo entre empleadores y gremios para desrigidizar el código laboral. Estas dos propuestas apuntan a mejorar la baja competitividad. Además, el gobierno promete mejorar las reformas de pensión, los altos costos del desempleo, los beneficios familiares, los gastos poco eficientes de los gobiernos locales y el gasto en salud. Estos dos últimos buscan disminuir el gasto público que por el momento representa el 57% del PIB, lo cual es altísimo y afecta los incentivos a la inversión y al crecimiento del sector privado empresarial.

En adición a los problemas de deterioro económico del gobierno del Presidente Hollande, surgió en abril el escándalo del Ministro de Presupuesto Jérome Cahuzac, que tenía una cuenta secreta en un banco suizo, habiéndolo negado previamente.  A lo anterior, se agrega otro problema de distinta naturaleza, pero de fuerte intensidad, que es la robusta protesta contra la ley promovida por el Presidente, para autorizar la ley de “matrimonio homosexual”.

Las relaciones de Francia y Alemania se han debilitado, no sólo por razones conceptuales en torno a la “austeridad fiscal”, sino también por la pérdida de competitividad y la relajación de las finanzas públicas.  Francia, en cierto modo, ha perdido la calidad de socio confiable de Alemania, en el liderazgo de la Unión Europea.

El Presidente Hollande tiene críticos internos, desde el área de los negocios y empresariales, que desean ver un progreso más rápido en el combate a la crisis, mediante ajuste fiscal y reformas estructurales.  Esos críticos sostienen, que lo que ha hecho el gobierno francés es muy insuficiente, considerando el deterioro de la situación económica, de modo que un enfoque gradual es un “lujo” no disponible para el gobierno.   Perder competitividad para la economía francesa es riesgoso cuando otras economías europeas están ganando competitividad, incluyendo a Italia y España.

Francois Fillon, ex primer ministro de Sarkozy, y uno de los líderes de la oposición, sostiene que si el Presidente no mide adecuadamente la grave situación económica, podría ocurrir un proceso de fragmentación, que hará muy difícil el gobierno de Francia.

El Presidente Hollande también está muy presionado por el líder del “Frente de Izquierda”, Jean-Luc Milechon, que fue aliado en la elección presidencial contra Sarkozy y que ahora encabeza manifestaciones populares contra la política del gobierno “que estiman muy parecida a la del gobierno anterior”.

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