El Sr. Mario Waissbluth critica mi columna publicada en este diario el día miércoles, pues no está de acuerdo con que los colegios particulares subvencionados (PS) reciban la subvención aumentada de acuerdo a la nueva legislación de carrera docente que se discute actualmente. En primer lugar, señala que es una falacia el decir que estos colegios obtienen mejores resultados que el sector municipal. A estas alturas, este tema está prácticamente resuelto; la evidencia empírica más rigurosa que existe en nuestro país señala que el sector PS sí tiene mejores resultados, y de hecho 5 puntos en el SIMCE, que equivalen al 10% de una desviación estándar, es sin duda una diferencia importante. Si a él, sin embargo, le parece que aún es poco, le cuento que en un trabajo reciente de LyD, que es uno de los pocos que utiliza datos de panel, encontramos que un alumno perteneciente al grupo socioeconómico bajo que estudia en un colegio PS mejora entre 4° y 8° básico hasta 9 puntos más que si estudiara en un colegio MUN. Los colegios PS son, según nuestros resultados, especialmente exitosos entre grupos de alumnos provenientes de sectores más pobres. Lo invito a revisar este documento en la página web de LyD, y a revisar además las encuestas en que el 70% de las familias prefiere los colegios PS.

En segundo lugar, el Sr. Waissbluth arguye que los últimos treinta años faltó regulación del sistema, algo con lo que sí estoy de acuerdo. Afortunadamente, la Agencia de Calidad y Superintendencia de Educación, justamente lo que harán será fiscalizar el cumplimiento de los estándares de calidad y el buen uso de recursos públicos, respectivamente. En este sentido, espero que ningún colegio, sea PS o MUN, que esté abusando del sistema y dejando de entregar educación a sus alumnos para obtener más excedentes, pueda seguir funcionando.

En cuanto a la necesidad de regular el tamaño de los establecimientos, desconozco la existencia de evidencia que determine un tamaño óptimo para los establecimientos educacionales; el Panel de Expertos tampoco se refiere a alguna. Sí puedo decir que, dado que existen casos de colegios pequeños y exitosos en enseñar a sus alumnos, dudo que exista una regla única que determine un tamaño óptimo. Sigo por lo tanto pensando que son los profesores y los directores los que pueden marcar la diferencia, y en este sentido aplaudo el proyecto de Carrera Docente.

Por último, yo no subestimaría a los padres. El hecho de que estén dispuestos a desplazarse en busca de mejores colegios para sus hijos, nos muestra que son ellos los más capaces de determinar la calidad de un establecimiento y de sus profesores. Justamente por esto, confío en que la iniciativa de dar más autonomía a nivel local tendrá consecuencias positivas.